miércoles, 23 de febrero de 2011

Confieso que he pecado

En la época de mis casi 30 años me volví safada, parece que el trauma de pasar a ser "treintona" hizo click en mi cabeza. Talvez para compensar lo que me parecían " tantos años" se me dio por los hombres más jóvenes, no podían pasar de 24 o estaban fuera de plazo ...como los yogurts.
 
Era una llama incandescente, descontrolada, totalmente guiada por mis deseos e instintos, sin límites de ningún tipo, me daba igual todo, solo me interesaba satisfacer mis deseos. 
 
Para peor o para mejor, descubrí que a los hombres de esa edad les encantaba coger con mujeres mayores, que los dieran vuelta en la cama, no como las noviecitas que tenían, que se limitaban a abrir las piernas y que ni siquiera sabían fingir un orgasmo puesto que nunca habían tenido uno!  Ellos querían lujuria, no tabués, ni escenas de "por ahí no que me duele", todo lo contrario... querían ser guiados, enseñados, cogidos con ganas! Y quien era yo para negarles ese placer...
 
Entre todos los " pecados" que cometí el más grave fue cogerme un padre...pequé  y cogí deliciosamente con uno de los suyos...Señor---me perdona...no es que me arrepienta... pero su perdón alivia un poquito mi consciencia.
 
Entre coger y coger, estaba tirando un curso que daba la municipalidad sobre Historia del Arte e Influencia árabe en la Arquitectura y Artesanía Regional. Yo estaba ahí para estudiar y a pesar de haber hombres muy inteligentes y cultos en la sala y de encontrar esas cualidades extremadamente sexys en una persona, sinceramente ninguno de ellos me apetecía.
 
Llevaba 4 meses de clases cuando uno de mis profesores, un señor muy simpático y amoroso tuvo que ser substituido, . Pero cual no fue mi sorpresa cuando el tal substituto apareció...
 
Era un joven de 20 y pocos años, con traje de padre...pantalón negro, camisa negra de mangas cortas con ese cuello blanco...de padre... y hermoso, para mi gusto
 
Me quedé tan extasiada con su visión entrando en la clase repleta de hombres sin gracia que mi boca se debe haber abierto involuntariamente, creo yo...Debía tener más o menos 1.80m de altura, delgado, cabellos negros lisos, piel bien clara, cejas negras tupidas y ojos de un verde esmeralda fascinantes, hipnóticos.
 
Su nombre era Alejandro, él no era novicio, estaba un grado más arriba( era un profesor, casi padre, le faltaba hacer un último compromiso) e iría substituir al otro por algunas semanas. 
 
Pronto, mi paz se había acabado. Quedé encantada por Alejandro, era alegre, inteligentísimo, hablaba varios idiomas, viajado y yo pura y simplemente no entendía el porqué quería ser padre. NO me entraba en la cabeza como un joven de esos podría privarse y privarnos a nosotras mujeres de los placeres de la carne... me parecía un desperdicio!
 
Tal vez eso me incitase aún más...lo prohibido, el " pecado", lo imposible. Ese sería mi mayor desafío en términos de seducción. Estaba decidida a conquistarlo, a cualquier precio. Ya decía Nietzsche que amamos el deseo y no lo deseado, en éste caso estaba cierto.
 
No me demoré mucho en fantasearlo, tenía sueños eróticos, me masturbaba como tres veces al día pensando en él, me estaba comenzando a volver loca, obsecada y hasta me recuerdo que durante el trabajo cuando me acordaba del, ardía, como si tuviera fiebre. Me iba al baño a tocarme para aliviarme y poder volver a las actividades del día a día.
 
Al mismo tiempo me sentía intimidada por el traje, por su amor a las personas, por sus innumerables trabajos voluntarios que prestaba a la comunidad, al final era un padre o a punto de serlo, y ese dilema me dejaba tonta, angustiada, la lucha entre el bien y el mal... 
 
Pero como dije antes, yo era safada, decidí arriesgar, que fuera lo que dios quisiera...o mejor... en este caso...el diablo
 
.Yo era buena alumna, me destacaba en las explicaciones, los análisis, los resúmenes, tal vez por mi facilidad en escribir. Comencé a aproximarme del profesor con el pretexto de aclarar dudas de textos y otras disculpas que inventaba. Nos dábamos bien, nos reíamos mucho juntos y él comenzó a interesarse levemente por mi. Hacía preguntas sobre mis experiencias en otros países, sobre mi familia, todo siempre con mucho respeto, sin nunca dar pauta para algo más íntimo. Peor, mi ansiedad y deseo aumentaban...
 
Necesitaba preparar una estrategia, no sabía cuanto tiempo se quedaría entre nosotros. Un día hablando de cine descubrimos otra pasión en común y pasamos a intercambiar vídeos, incluso exibir en clase algunos films que tenían relación con el curso.. Fue por ahí que surgió mi oportunidad, para suerte mía Alejandro nunca había visto el polémico film La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese. Hablé con tanto entusiasmo del film que él se puso curiosísimo y preguntó si no daba para ver el film ese mismo día. Quedamos que yo iría a buscar el film y lo llevaría hasta la sala de clases para que lo viéramos ahí. Cuando llegó la hora de juntarnos, la sala estaba ocupada con una charla de no se que.
 
Ahí le solté... -Podemos ver en mi casa! Mi mamá tiene otro televisor en el cuarto y no se importará de dejarnos verlo en la sala 
Cayó como un pajarito... yo no vivía con mi mamá sino sola....BINGO...
 
Fuimos...cuando llegamos y se dió cuenta que no había nadie en casa... hizo un intento de irse, dijo que no era ético y que no quería arriesgar su puesto de trabajo y bla  bla bla. Ahí me hice la víctima, que mi mamá estaba por llegar y que me estaba sintiendo ofendida por él no confiar en mi y no sé cuantas cosas  manipuladoras que solo una mujer consigue inventar frente a situaciones extremadamente críticas... y claro...cerré el discurso sollozando con un buen llanto.
 
Respiró hondo, dijo que no me quería hacer daño, pidió disculpas y me abrazó. Dios, cuando me abrazó fue como si me hubiera penetrado en aquel mismo instante, sentí mi cuerpo pegar fuego, me separé intentando recomponerme. Nos acomodamos, cerré las cortinas, conversamos de diferentes cosas y comenzamos a ver el film, el tema del film es fuerte, el clima comenzó a ponerse tenso.
 
-Tu mamá no iba a llegar? Me dice visiblemente perturbado, yo puse la pausa y paré el vídeocasete.
~Iba, pero se está demorando, hablo sin miralo a los ojos, mientras suspiro fastidiada, dejandome caer en sofá y abriendo levemente las piernas, mostrando mis muslos ( yo de falda)
 
- Mira, me parece mejor..
 -lo interrumpo agarrándole la mano y mirándolo en los ojos
-Vamos a cabar de ver el film? No existe nada peor que parar un film en el medio... talvez parar sexo en el medio se le parezca... pero eso es algo que nunca vas a saber, no??   Le dije, aún asegurándole la mano, intentando dar un tono cómico a la conversa.
 
Él continuó con la mano debajo de la mía, se dió vuelta hacia el televisor y muy serio dijo.". Vamos", retirando la mano y recostandose en el sofá para ver el film.
Durante el film, crié coraje y acaricié su mano nuevamente, en una tentaiva desesperada de llamar su atención, pero él ni se movió. Yo ya estaba perdiendo las esperanzas, el film estaba por terminar cuando él suavemente puso su mano en mi muslo desnudo, me dió como un escalofrío, poniéndome todos los pelos de punta, dandome una descarga eléctrica sin precedentes.
 
Por algunos segundos me quedé paralizada, sin saber que hacer, oía mi corazón bater en mis sienes, los sentidos atontados, pero rápido volví en mi y vi que tenía que aprovechar esa oportunidad. Aseguré su mano... y la fui guiando por mi pierna, lo hice sentir la textura de mi piel..suave...vibrante y caliente. Él no se opuso, pero tampoco me dirigio la mirada, continuó con los ojos fijos en la TV, dejandose guiar por la parte interna de mi muslo, como si estuviera ajeno a todo.
 
 Yo, por otro lado, me dejé llevar, me recosté en el sofá, abrí las piernas, cerré los ojos e hice que su mano explorase mi muslo con intensidad...hasta que llevé su mano a mi sexo, que ya mojaba mi calzón de tan deseoso que estaba. En ese instante, en el exacto momento en que sus dedos tocaron mis pelos púbicos...fue como si él hubiera recibido un choque...despertado.
 
Abrí lo ojos asustada, pensando que él fuera hacer un escándalo, pero cuando lo miré, estaba diferente, transfigurado.  Los ojos semi cerrados, la mirada voluptuosa y fue un segundo hasta que nos abrazamos con fuerza, nos besamos desesperadamente...No me recuerdo muy bien de la secuencia de las cosas desde ese momento, solo sé que el film acabó y nosotros nos deshacíamos de nuestras ropas al ritmo de la música final de la película.
 
Nos besamos mucho, infinita y desesperadamente, lo lamí entero, cada músculo, cada pelo, con la lengua, con la boca , alternando besos con mordiscos...sentía el gusto salado de su sudor, su cabello negro todo mojado colado a su blanca frente... a veces al intentar agarrarlo mis manos se escapaban de los tan empapados que estábamos.
 
Él tenía un palo delicioso que chupé con tantas ganas que tuve miedo de herirlo. Primero chupé hasta casi que se corriera, pero quería que primero me penetrara, entonces abrí las piernas y me monté encima del en el sofá, cavalgandolo, él me aseguraba las nalgas, apretaba, me chupaba los pechos, gemía...casi no abría sus ojos verdes, se movía con fuerza. Yo  revolcaba  mi cuerpo encima del, sintiendo esa pija deliciosa deslizándose dentro de mi, y cada estocada era una inyección de adrenalina. El acabó antes que yo, apretandome contra su cuerpo,  sofocando el grito contra mis senos. 
 
Después de otra sesión de besos y caricias infinitas, me puso de espalda contra el respaldo del sofá, me abrió las piernas y sentí su lengua deslizandose entre mi culo y mi sexo. Me lamía , metía su dedo en mi culito hasta finalmente gozar en espasmos arrebatadores  que me hicieron sollozar en éxtasis. 
 
Alí quedamos, exaustos, acostados en el sofá, la TV con un zumbido agudo, en cuanto tratábamos de recuperar el aliento y entender que había sucedido.
 
Fue como se algo nos hubiese poseído, como si un ciclón hubiera pasado por ahí, por dentro de nuestras mentes y cuerpos.
Yo pensaba que era virgen, pero me contó que había tenido varias novias antes de decidir ser padre, llevaba 5 años sin tener una relación...y fue pura energía.
 
Le conté mi esquema y dijo que se había dado cuenta y que decidió quedarse porque también me tenía ganas, que en una semana se iría a Italia y que nunca más nos veríamos.
 
Antes de que se fuera cogimos varias veces más, luego me escribió de Italia diciendo que había decidido no ser padre por causa del sexo.
 
Nos volvimos a encontrar una última vez algún tiempo después, pero volvió a Italia y nunca más nos vimos.
 
Yo abandoné el curso y seguí con el sexo como mi única religión...

1 comentario:

Sergio dijo...

Qué don, me dejas temblando.